Luego de dos vuelos, uno más largo que el otro, el equipo científico del Instituto Nacional de Investigación y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) llegó a Punta Arenas, en el Sur de Chile, donde se encuentra el BAP Carrasco, el fantástico buque científico-polar del Perú.
Punta Arenas tiene una historia larga, ligada a exploradores y a la aventura, pero también a visionarios que supieron que en esas tierras frías e inhóspitas pobladas por diversas etnias habría prosperidad y futuro para el mundo. Está ubicada en el centro del estrecho de Magallanes que inicialmente se llamó Mar de todos los Santos. El estrecho es integralmente territorio chileno desde la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina en 1984.
Punta Arenas no siempre estuvo en el mismo lugar. Inicialmente estuvo a 60 Km al sur, sobre un peñasco, pero debido a la falta de agua y a una gran plaga de ratones fue trasladada al lugar actual.
Es muy emocionante, ser parte de una expedición y estar en este lugar que honra a un expedicionario de clase mundial como lo fue Magallanes. El monumento central, que fue donado por un inmigrante español muestra al marinero sobre un bauprés, rodeado de las cinco embarcaciones que dieron la vuelta al mundo desde 1519 a 1522: La Trinidad, La Concepción, La Santiago, La San Antonio y La Victoria. También están representadas a cada lado cuatro de las etnias que vivían en estas tierras.
El viernes tuvimos la oportunidad de conocer a los equipos de todas las instituciones que viajarán con nosotros, somos 27 científicos e ingenieros y en total 39 personas civiles que viajaremos a la estación Machu Picchu y haremos un crucero científico alrededor de la Isla rey Jorge.
Visitamos el Instituto Antártico y conversamos con su director, Marcelo Leppe, paleontólogo quien nos comentó que el INACH tiene 60 personas en su staff y publica más de 100 artículos indexados anualmente, pues trabaja en red con muchos investigadores chilenos.
Hoy, sábado 26 de enero, hemos abordado el BAP Carrasco que se encuentra acodado en Puerto Pratt. No podemos sino sentirnos orgullosos de que nuestro país tenga este barco. La Marina de Guerra del Perú lo tiene en magnificas condiciones.
De Inaigem somos cinco personas, quienes investigaremos sobre el impacto social, económico y ambiental del retroceso glaciar en la biodiversidad marino-lacustre, a fin de proponer la aplicación de los resultados en la sostenibilidad ambiental y desarrollo social. Este, es uno de los cinco proyectos ganados por el Inaigem, en convocatorias nacionales 2018 con fondos del Banco Mundial y financiamiento del Fondo Newton Paulet con colaboración británica.
El equipo del Inaigem, está conformado por Gisella Orjeda, Edwin Loarte (teledetección e hidrología glaciar), Mayra Mejía (sistema de información geográfica y restauración de ecosistemas de montaña), Alexzander Santiago (geomática) y Luzmila Dávila (glaciología).
Inaigem aspira a convertirse en una entidad de investigación de élite para beneficio de las poblaciones de las montañas. Pretende estudiar el efecto de la deglaciación sobre la biodiversidad marina y lacustre para poder hacer recomendaciones a las poblaciones que viven de esta.
El proyecto cuenta con socios de nivel internacional, quienes brindarán un gran aporte científico: Carolyn Eyles, John Maclachlan y Rodrigo Narro, de la Universidad McMaster-Canadá; Milena Arias Schreiber, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia); Yuri Hooker, de la Universidad Cayetano Heredia, y Esteban Pacora, de la Universidad Nacional de Ingeniería.
Para el desarrollo de las investigaciones se cuenta con dos equipos: el primero en el crucero, a cargo de levantar información de toda la península antártica (con apoyo de la instrumentación con la que cuenta el buque BAP Carrasco).
El segundo equipo permanecerá en el continente, y tiene a su cargo el desarrollo de trabajos en el terreno (aplicación de tecnología recién adquirida para el análisis de imágenes satelitales y tecnología DInsar, Radar de penetración para zonas polares, Isotopía, fotogrametría terrestre - aérea y aerosoles).
Una vez culminado el proyecto de investigación, que tendrá tres años de duración, el Inaigem propondrá la aplicación de los resultados para la sostenibilidad ambiental y desarrollo social en beneficio de la población vulnerable por el cambio climático. Cabe señalar que la participación del Inaigem en la expedición ANTAR XXVI cuenta con el respaldo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.