Todos los años los glaciares en su parte superior se cargan de nieve, la que va transformándose -ante su propio peso- en hielo. Así, el hielo más profundo procede de una nieve que pudo haber caído hace cientos o miles de años y se transformó en hielo atrapando sustancias y pequeñas burbujas con lo que entonces contenía la atmósfera. La nieve superficial atrapa las de la atmósfera de hoy día.
Los glaciares, como un río, están en movimiento y poco a poco muy lentamente, esas masas de hielo avanzan hacia el límite inferior del glaciar.Al derretirse y perder masa, los glaciares producen agua y lodo que, en el caso de los Andes, se depositan parcialmente en las lagunas glaciares o discurren por arroyos y, finalmente, por ríos.
En el caso de los glaciares que estudiamos recientemente en Antártica, el agua y el lodo que se producen con el derretimiento glaciar van directamente al mar y forman los sedimentos del fondo marino. Como ya hemos contado, la expedición de INAIGEM ha colectado nieve superficial, hemos perforado el hielo y extraído hielo de más de 2 metros de profundidad del glaciar con el objeto de analizar las sustancias que contiene. También analizamos la cantidad de hielo y nieve que tiene el Glaciar Znosko usando diversas técnicas como la fotogrametría y las imágenes satelitales para hacer modelamientos de elevación digital en series de tiempo y comprobar si el glaciar crece o decrece. Esto se llama estudiar la dinámica glaciar.
El complemento de este estudio en las alturas del glaciar se realiza analizando los sedimentos del fondo marino y de las lagunas de nuestra cordillera. Evaluaremos si esas mismas sustancias que encontramos en los glaciares se encuentran en los sedimentos, y finalmente veremos si están presentes en la biodiversidad que vive cerca de ellos y cómo son afectados.
Los glaciares en las montañas crecen y se derriten de una manera que les es propia. Tienen así su propio ciclo que varía dependiendo de la latitud en la que se encuentren y de la frecuencia y la época de lluvias. Este ciclo se llama el año hidrológico. Hay una época en la que los glaciares son “alimentados” por las precipitaciones de nieve en su parte superior, y otra época en la que los glaciares pierden masa por derretimiento en su parte inferior. Hay además una línea teórica que separa estas dos partes que se llama "línea de equilibrio". Conocer la altitud de esta línea y la cantidad de masa que tienen los glaciares es importante para calcular la “salud” y el tiempo de vida que les queda antes de su extinción.
Los sedimentos del lodo originados por el derretimiento de los glaciares se depositan en capas sucesivas que corresponden a cada año hidrológico. Como ya mencioné, en el caso de nuestros Andes éstos se depositan en las lagunas glaciares y en el caso de isla Rey Jorge en la Antártica, en el mar. Para estudiar estos sedimentos, nuestro objetivo fue extraer 5 metros de éstos de las profundidades del mar, manteniendo sus capas en el orden en el que se depositaron año a año.
Esta extracción la hicimos con un aparato de muy simple concepción física pero de compleja implementación, el Piston Corer con el que cuenta nuestro buque Carrasco, un tubo de metal de unos 10 cm de diámetro que contiene dentro de él un tubo de PVC. En uno de los extremos del tubo hay un peso muerto de 1.5 toneladas que puede ser incrementado a 2.5 toneladas y el otro extremo, de unos 12 cm de diámetro, está abierto.
Este tubo es levantado por una grúa desde el buque y colocado verticalmente, con el peso en la parte superior. Una vez en posición, dentro del mar y a unos 10 metros del fondo marino, es soltado y cae perforando y penetrando el fondo marino. La fuerza que se origina en la caída libre del peso de 1.5 toneladas, se concentra en la pequeña circunferencia de la boca inferior del tubo. Así, éste penetra el suelo marino hasta en unos 6 metros de profundidad y los sedimentos que se encuentran allí entran al tubo de una manera violenta e inmediata pero, más importante, sin ser alterados en su orden.
El Piston Corer está lleno de ingenios mecánicos sin un solo elemento electrónico. El sistema para que el tubo con el peso de 1.5 toneladas se suelte es, por ejemplo, de una simpleza extraordinaria. También tiene un mecanismo muy elegante y simple que imita un esfínter al revés, para que el sedimento que entra al tubo quede atrapado dentro de él y no se escurra cuando extraemos el tubo de las profundidades del mar.
El primer glaciar que estudiamos en la Antártica es el Znosko, pues está a solo minutos de la base Machu Picchu en la isla Rey Jorge. Este glaciar drena hacia la ensenada Mackellar, así que hacia allí debemos mirar pero debíamos decidir exactamente dónde extraer el sedimento. El punto se decide tomando en cuenta varios criterios: la batimetría (que es una especie de foto del relieve y profundidad del fondo marino para calcular el largo del cable del Piston Corer), la naturaleza del fondo (si hay sedimentos suaves o rocas para lograr que éste penetre verticalmente y no se desvíe o se tuerza) y fotografías satelitales que muestran el cambio de coloración que toma el agua de mar al arrastrar los sedimentos del glaciar por las corrientes.Evaluando estos criterios decidimos por un lugar en la ensenada Mackellar que estaba a 400 metros de profundidad, al cual los sedimentos llegaban y que mostraba un subsuelo marino con acumulación de claros estratos suaves.
Gracias al equipo superprofesional de oficiales y técnicos de la Marina de Guerra que se encuentra en el buque logramos que el Piston Corer penetrara 6 metros del fondo marino a 400 metros de profundidad en el primer intento y extraiga 5 metros de sedimento. Un éxito.
Haremos lo mismo en una laguna de nuestros Andes ciertamente con una técnica diferente. Así podremos conocer muchas cosas: ¿Estos procesos en Antártica y en nuestros Andes son los mismos? ¿Qué sustancias contiene la atmósfera? ¿Qué sustancias ha contenido? ¿Cómo ha afectado la contaminación a la vida circundante? ¿Qué podemos hacer, pero sobre todo qué debemos hacer?
Los sedimentos serán analizados en colaboración con la Universidad de MacMaster en Canadá. No solamente produciremos conocimiento relevante que será publicado. Tendremos un producto mucho más importante. Los jóvenes altamente calificados que formaremos en la teoría y en la práctica del cambio climático, la contaminación y sus efectos. Jóvenes que en un futuro no muy lejano serán los que tomen las decisiones de las acciones de nuestro país ante el cambio climático, ante la falta de agua, ante los eventos y riesgos de origen glaciar como deslizamientos y aludes. Jóvenes que se formarán con una visión y ciertamente con más conocimiento que nosotros. Ansío que crezcan, que se preparen y que tomen la posta, haré todo lo posible para brindarles esa posibilidad. Esperemos que eso ocurra antes de que nuestros glaciares se extingan.Como verán a veces hay que estudiar las profundidades para conocer las alturas pero sobre todo, para cambiar nuestro futuro.
(Foto abridora. Marinos y científicos en un zodiac yendo del buque hacia la base. El primero a la derecha del zodiac, el comandante del Carrasco: capitán de navío, Rafael Benavente.)